Viajar a Egipto: cómo planear una aventura llena de magia

Es un destino que nos permite retroceder en el tiempo y conectarnos con una de las culturas más sorprendentes y enigmáticas del planeta.

Viajar a Egipto
Actualizado: 13 de abril de 2020

Luego de soñarlo y planearlo al detalle, en julio visité Egipto por primera vez y volví tan pero tan recargada de recuerdos increíbles que no veía la hora de compartir mi experiencia para contagiar a otros que tengan en los planes este destino y, quizá, no terminen de animarse.

Por eso voy a contarles todo lo que hay que saber para poder planear un viaje a este rincón fantástico del mundo, sin riesgos y sin perderse nada.

viajes a egipto

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Dónde queda Egipto

Primero es importante aclarar que el territorio egipcio abarca dos continentes: una parte se encuentra en el noreste de África, la más extensa, y la otra, más pequeña, se encuentra en Asia.

Hay vuelos desde Argentina y un montón de conexiones a precios muy diversos desde Europa.

Cuál es la mejor época para viajar a Egipto

Todas las estaciones del año son buenas para visitar un lugar excepcional y con tanta cultura ancestral como Egipto. El país recibe turistas todos los meses y no hay un momento en que uno recomiende ni pisar esa tierra.

De todas maneras, mi recomendación es ir en temporada baja, en los meses de junio, julio, agosto y septiembre. En ese momento allá es verano y, al hacer tanto calor, los turistas no abundan, porque prefieren otro momento del año, y los precios caen un poco.

Camello en Giza

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Admito haber ido pensando que iba a sufrir el calor, pero, si bien algunos días las temperaturas subieron muchísimo, no fue nada que no se pudiera soportar. La clave es usar ropa adecuada (que cubra los hombros y piernas para protegerse del calor, y que sea blanca o de algún color claro), salir con agua para hidratarse seguido y, como secundario pero menos no menos importante, hospedarse en un hotel con pileta y aire acondicionado.

Cómo llegar a Egipto desde Argentina

El viaje a Egipto desde Argentina fue bastante largo ya que me tomó dos días llegar a El Cairo, lugar donde comenzaba oficialmente mi viaje. Salí de Ezeiza un sábado a la mañana y, después de hacer escala en el aeropuerto de San Paulo, en Brasil, salió mi vuelo hacia Sudáfrica, atravesando el Océano Atlántico. Luego de Sudáfrica tuve que continuar el viaje hasta mi destino tomando dos aviones más, ya que en Etiopía tuve una escala de tres horas. Si me preguntan si alguna vez imaginé estar de escala en un país africano, la respuesta creo que no los sorprenderá.

Después de viajar todo el fin de semana, llegué al aeropuerto de El Cairo el lunes por la madrugada. Allá la diferencia horaria es de cinco horas más que en Buenos Aires, así que le empecé a avisar a mi familia que había llegado apenas pude conectarme con una señal de wifi.

En los veinte días que duró mi estadía en el único país musulmán en el territorio africano, comprobé que la señal de wifi es muy débil y cuesta mucho conectarse, por lo que, en más de una ocasión, se preocuparon por mí. Si estás planeando un viaje a este lugar, es un buen dato para que le cuentes a tus familiares y amigos y así evitás más de un susto y calmás ansiedades.

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Qué hacer en Egipto

Si algo puedo asegurar es que fue realmente una experiencia única. Me divertí mucho en todos los lugares a los que fui. Egipto ofrece un gran diversidad de actividades, desde viajar en globo, algo que nunca había hecho antes y fue increíble, dormir en el desierto, entrar a las pirámides, zambullirse en el histórico Río Nilo y descansar en las playas paradisíacas hasta hacer buceo en una de las reservas naturales más bonitas del mundo, en el Mar Rojo.

El Cairo

El Cairo es la capital y se encuentra al norte, en lo que se conoce como el Bajo Egipto. Esto se debe a que es la desembocadura del Río Nilo, siendo de esta manera la parte más Alta la que se encuentra al sur del país, casi en el límite con Sudán.

Recordemos que el Río Nilo es uno de los más importantes del mundo y, en cuanto a su extensión, atraviesa varios países del continente Africano. Fue en sus márgenes donde se instaló el Antiguo Egipto.

Lo principal para ver en el Cairo son las Pirámides y la Gran Esfinge de Giza. El día que vi las tres grandes Pirámides, antes había visitado otras que están más alejadas de El Cairo. Son las de Saqqara y Dashur, muy cerca de Menfis, donde se encuentra el famoso Coloso de Ramsés II.

Ramsés II - Menfis

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Para poder entender un poco más la historia antigua recomiendo una visita por el Museo Egipcio. También sugiero que se realice el recorrido con un guía especializado en el lugar, ya que en mi caso lo hice sola y en el museo faltan explicaciones, por lo que me quedó la sensación de que aún me falta una porción de su historia.

Luxor

Esta ciudad es de las más conocidas y se encuentra a 650 kilómetros de El Cairo. Las opciones más comunes para ir de una ciudad a otra son con un tren nocturno o en avión, que es como fui yo. Si bien esta última es un poco más cara, se gana en tiempo, ya que tarda 45 minutos en llegar, frente a las 8 horas que tarda el tren. Además, las vistas que regala el avión cuando está llegando a destino son realmente increíbles: de repente toma relevancia el río Nilo con su vegetación a los costados para irrumpir entre el desierto infinito.

La ciudad de Luxor es más pequeña que El Cairo y eso se puede notar desde el primer momento. El ruido de las bocinas casi no existe y la gente caminando por las calles desciende. El ambiente es tranquilo y da una verdadera sensación de estar de vacaciones, alejado de la gran ciudad.

Lo típico para recorrer allí es el Templo de Luxor, que se encuentra en la costa del Río Nilo y está ubicado en el centro de la ciudad. Por ese motivo la gran mayoría de los hoteles están cerca y una muy buena opción es ir caminando para aprovechar la costanera. De la cantidad de hoteles que hay para elegir en Luxor, sugiero aquellos que se encuentran sobre el Nilo, ya que cuentan con vistas espectaculares. Los atardeceres que se pueden ver desde allí son increíbles. No te los pierdas.

Atardecer en Luxor

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Otro de los clásicos de Luxor es el Valle de los Reyes. En mi opinión, de lo más lindo en todo mi viaje.

El Valle de los Reyes es un valle en donde hay 65 tumbas de faraones egipcios. De todas las que hay, sólo abren para que puedan visitarse tres al mismo tiempo y las van rotando. Esto ayuda a que se preserven mejor las obras artísticas que se encuentran allí dentro.

Las casas para la vida eterna, nombre que recibían en ese momento, varían sus tamaños y estilos, pero dentro de ellas se pueden encontrar una inmensidad de pinturas que nos remonta a otra época. Se pueden ver en las paredes dibujos conservados perfectamente. Estar allí parece ser un sueño. Esta visita es más que recomendada y, acompañada por un buen guía, es una verdadera clase de historia. La disfruté muchísimo.

Valle de los Reyes

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Ahí mismo está la Tumba de Tutankamón. Como su muerte fue tan inesperada, ya que sólo tenía 19 años, su casa para la vida eterna aún no estaba hecha. Es por ese motivo que, cuando murió, su sucesor tuvo que construir y pintar rápidamente una tumba para que pudiese descansar en paz.

Supongo que será por eso que es de las menos impactantes artísticamente. Es pequeña, sin muchos colores y puede verse el cuerpo del joven. Un dato que hay que saber es que para entrar a la Tumba de Tutankamón hay que pagar una entrada extra, más allá de la general. Ambas cuentan con descuento por edad o si se es estudiante. Los demás objetos del joven faraón y su sarcófago forman parte de la exposición permanente del Museo Egipcio, en El Cairo.

Otras de las joyitas de Luxor es el Templo Mortuario de Hatshepsut y el Templo de Karnak, que son, sin dudas, ambos imperdibles.

Aswan

Esta ciudad se encuentra 240 kilómetros al sur de Luxor, y las opciones para llegar también son dos, aunque en este caso opté por tomar el tren. Viajé en primera clase y estuvo bien. El viaje duró tres horas, salió a horario y llegó en el tiempo estimado.

En Aswan no hay mucho para ver, pero es parada obligada para aquellos que quieran visitar el templo mejor conservado: Abu Simbel.

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Abu Simbel está en el medio del desierto y, para llegar, son 4 horas de auto desde Aswan. Conocía el dato antes de ir pero lo que no sabía es que te buscan por el hotel a las 3 de la mañana para llegar en las primeras horas de sol. Al principio me pareció que no había necesidad de salir tan temprano, ya que había optado por contratar un tour privado, e intenté convencer al chofer de salir un poco más tarde. No resultó.

Llegué a las 8 de la mañana y cuando bajé del auto el calor me estaba esperando con los brazos abiertos: 43 grados.

Al ver el templo entendí que todo había valido la pena y no me importó ni madrugar, ni las altas temperaturas, ni nada

Abu Simbel es impactante por su tamaño y por lo bien que está conservado, a pesar de haber sufrido una inundación, motivo por el cual tuvieron que cambiarlo de lugar. El templo fue construído por Ramsés II, uno de los faraones más importantes de las dinastías egipcias, y al lado se encuentra el Templo de Nefertari, su esposa.

Otras atracciones que tiene Aswan es el Templo de Isis, diosa del amor, y la Gran Represa. Para ser honesta, esta última no me pareció nada de otro mundo pero está incluída en la mayoría de las excursiones.

Templo de Isis

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