Tras los pasos del Quijote y los Molinos de Viento

sagrada familia
Actualizado: 16 de junio de 2022

Recorrer las tierras de La Mancha en España siguiendo alguna de las etapas de la Ruta del Quijote, supone realizar un viaje en el tiempo que combina tradición, arte, naturaleza y gastronomía.

La ruta del Quijote comienza en un hermoso pueblo llamado Campo de Criptana, un sitio en el que se conservan muchos molinos de viento contra los que el caballero hidalgo luchaba creyéndolos monstruos de 4 brazos. Son esos molinos centenarios que necesitaron toda la fuerza del viento para vencer a don Quijote.

El más célebre es el llamado Burleta, aunque el Culebro recibe muchas visitas pues acoge un nostálgico museo dedicado a la actriz Sara Montiel, hija ilustre del lugar. Es sin duda una ruta para fanáticos literarios.

Campo de Criptana

En medio del recorrido se encuentra el bello Castillo de Argamasilla de Alba, el patrimonio renacentista de la Solana y el increíble paraje natural que brinda el parque Lagunas de Ruidera.

Lagunas de Ruidera

Aunque hay mucho más que ver que los molinos y el camino del Quijote, este recorrido en coche por la historia, la naturaleza y la literatura de España, finaliza en Tomelloso, un espectacular campo de viñedos que rodea a un pequeño pueblo en la Provincia de Castilla la Mancha.

Tomelloso

Este recorrido que fue declarado en 2007 Itinerario Cultural Europeo, permite visitar La Mancha y a la vez seguir fácilmente las correrías del «caballero de la triste figura» y su inseparable Sancho Panza, ambos protagonistas del Quijote, una de las obras cumbre de la literatura universal, que fue escrita por Miguel de Cervantes en el siglo XVII.

La cárcel de Cervantes

A un paso de Tomelloso se alcanza Argamasilla de Alba, para muchos el «lugar de cuyo nombre no quiero acordarme...», que exhibe varios escenarios cervantinos. Destaca la cueva de Medrano, en la que el escritor estuvo preso y donde se dice que empezó su libro.
En la CM-42 se puede hacer parada y fonda en Alcázar de San Juan y disfrutar de guisos que aparecen en la novela, como las migas de pastor y los «duelos y quebrantos» (huevos, chorizo y tocino).

Alcázar de San Juan empezó a crecer en tiempos de Roma al estar situado cerca de la calzada que unía Mérida y Zaragoza, por lo que recorrer sus calles equivale a repasar un libro de historia.

La Casa de Dulcinea

«La sin par Dulcinea», objeto de pasión de nuestro hidalgo, tiene en la localidad de El Toboso un museo que reproduce cómo se vivía en una casa solariega del siglo XVI. También resulta de interés el Museo Cervantino, un centro que recopila ediciones curiosas y en múltiples lenguas de El Quijote.

Y siempre te espera Toledo, la capital manchega, el inicio o la despedida perfecta del viaje por los escenarios que inspiraron a Cervantes para su novela épica.

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