
La Gran Manzana invita siempre a fotografiarla, a dejarse llevar por la adrenalina que genera la increíble Manhattan y sentir que cada uno de nosotros puede llevarse una imagen diferente.
Expresar esa dosis de creatividad que todos llevamos dentro y allí parece estar al alcance de quien quiera descubrirla
Por ejemplo, podemos ensayar un encuadre del impresionante conjunto que rodea la One World
y no resistir la tentación del blanco y negro para jugar con las nubes
o encontrar nuestro modo de fotografiar los rascacielos cada vez más altos en la calle 57
luego bajar las escaleras del metro en Columbus para que la foto encuadre
muy cerca, en el Central Park, el otoño espera, deslumbrante
encontramos efectos insólitos en gente extasiada por el paisaje
y todo cambia de tono por segundos, por ejemplo, desde la terraza del Belvedere Castle
cualquier ángulo puede servir para retratar tanta belleza
cae la tarde, serena y silenciosa, mientras nos despedimos del parque
y seguimos delirando un ratito más en la midtown, combinando estatuas y rascacielos en la sexta avenida
para terminar en el clásico y magnífico Rockefeller Center
Nada más hermoso que viajar!