Las vidrieras góticas de la Sainte-Chapelle marcan una ruta por París

Actualizado: 10 de junio de 2020

La Sainte Chapelle se encuentra situada en la Île de la Cité. Maravillosa iglesia de estilo gótico construida entre 1242 y 1248, fue construída para albergar las reliquias de la Pasión de Cristo, compuestas por la Corona de Espinas y un trozo de la Santa Cruz.

Por las venas de uno de los reyes franceses más singulares de la historia de Europa, corría sangre española. Su madre, Blanca de Castilla, futura "reina de la flor de lis", dio a luz a 9 hijos y dirigió Francia hasta que uno de ellos, Luis IX, alcanzó la edad suficiente como para encargarse de los asuntos de Estado.

Conocido como San Luis de Francia, dio nombre a uno de los conjuntos arquitectónicos más alegóricos y visitados de París.

En 1241, en el centro de la ciudad, erigió la Sainte-Chapelle, en forma de cofre y de fuerte, para resguardar en ella la corona de espinas de Jesucristo comprada años antes al emperador de Constantinopla

Obra maestra del denominado gótico radiante, la Santa Capilla, el tercer monumento más visitado de París, se edificó durante 7 años y mide 42,50 metros de alto sin la flecha. La capilla superior, con 15 vidrieras del siglo XIII de unos 15 metros de altura, hizo escuela por toda Europa.

Los vitrales de la capilla ocupan casi toda la superficie, pues el muro está reducido a los pilares que sostienen la bóveda; un prodigio arquitectónico.

El rosetón es una circunferencia monumental que representa el Apocalipsis. Escaparate bíblico excepcional encargado por Carlos VIII, deslumbra con una vasta paleta de colores ocres, amarillos oro y azules celeste, donde se cruzan las armas reales y el emblema mitológico de la flor de lis.

El santuario está compuesto por dos plantas; a la capilla superior sólo podían acceder el rey y sus allegados, y fue el lugar en el que se colocaron las reliquias. La capilla inferior, mucho más discreta y menos luminosa, era el lugar de culto del personal del palacio.

Seguí la visita a la Conciergerie, convertido en tribunal revolucionario y cárcel de María Antonieta.

La celda de María Antonieta
Hay que deambular por los pasillos baldosados y las salas del Palacio de Justicia, al que se tiene acceso gratuitamente desde la iglesia.

La Conciergerie, con su extraña torre cuadrada del reloj, y su inconfundible tejado en forma de cono, fue sede del Parlamento de París. Destacan las plantas bajas, reservadas a la guardia real y servicios domésticos (cerca de 2.000 personas) y la Sala de Armas, encomendada por Felipe el Hermoso y ejemplo de arquitectura civil gótica único en Europa.

También vemos la celda de María Antonieta, vigilada constantemente por soldados en uniforme de gala.

La vida de la capital se desarrolló durante cinco siglos en torno a estos monumentos.

Pese a que cada recinto concentra funciones simbólicas distintas, nada desentona. Como si un hilo invisible los uniese.

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